*Título original: The cycle of tantrums, rage and meltdowns
Autora:Brenda Smith Myles, Ph.D.
Sobre la autora: Brenda Smith Myles es la jefa de programas y desarrollo para el Ohio Center for Autism and Low Incidence y es profesora asociada en el Departamento de Educación Especial de la Universidad de Kansas (EE.UU.) donde es co-directora del programa para alumnos de postgrado en Síndrome de Asperger y Autismo. En el 2004 recibió el Outstanding Professional Award que otorga la Sociedad Norteamericana de Autismo y en el 2006 obtuvo el Princeton Fellowship Award. Es autora de numerosos artículos y libros sobre el syndrome de Asperger y sobre Autismo incluyendo Asperger Syndrome and Difficult Moments: Practical Solutions for Tantrums, Rage, and Meltdowns and Asperger Syndrome and Adolescence: Practical Solutions for School Success.
Traducción: Angela Couret.
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Notas de la traductora:
(1) He traducido la fase del rumbling stage como la etapa del ruido sordo (anticipatorio de una tormenta).
(2) He traducido la estrategia antispetic bouncing como distanciamiento antiséptico.
(3) He traducido home base como base de operaciones.
Muchos estudiantes con síndrome de Asperger y otros trastornos del espectro del autism (TEA) perciben la escuela como un lugar estresante donde se manifiestan varios estresores de forma permanente y significativa. Entre los estresores se incluyen la dificultad de predecir eventos debido a horarios que cambian, prestar atención y comprender las instrucciones del maestro, interactuar con los compañeros y anticipar diferencias ambientales como iluminación del salón, ruidos, olores, etc. Los alumnos dentro del espectro pocas veces manifiestan con claridad cuando se sienten estresados o tienen dificultades sobrellevando los estresores. De hecho, es posible que no se den cuenta que están llegando a un episodio de crisis.
Aunque los propios muchachos no reconozcan que están alterados, los episodios de crisis no se manifiestan sin algún aviso. Más bien los muchachos con TEA exhiben ciertos patrones de conducta precursores de un estallido conductual. A veces estas conductas son sutiles. Sin una comprensión precisa de la rabia y del ciclo en que se manifiesta, podría parecer que las rabietas se presentan sin aviso. Los berrinches, rabietas y pérdidas de control (términos que se utilizan indistintamente) usualmente ocurren en tres etapas que pueden ser de duración variable. Estas etapas son (1) “la etapa del ruido sordo” (“the rumbling stage”), (b) “la etapa de la rabieta”, y (c) “la etapa de la recuperación” (Myles & Southwick, 1999).
La etapa del "ruido sordo" (Rumbling stage)
La etapa de ruido sordo es la etapa inicial de un berrinche, rabieta o estallido. Durante esta etapa los niños y los jóvenes con TEA manifiestan cambios conductuales específicos que podrían no estar relacionados directamente con la pérdida de control. Las conductas pueden ser sutiles como morderse las uñas, tensar los músculos o indicar incomodidad de otra forma. En esta etapa es fácil ignorar estas conductas que parecen insignificantes; sin embargo, frecuentemente indican una crisis inminente. También es posible que los alumnos inicien conductas más pronunciadas, incluyendo apartarse de los demás o amenazar de forma verbal o física.
Durante esta etapa es imperativo que un adulto intervenga sin convertirse en parte del conflicto. Algunas intervenciones efectivas en esta etapa incluyen: “antiseptig bouncing”, “proximity control”, “support from routine” y “home base”. Todas estas estrategias pueden ser efectivas para detener el ciclo de berrinches, rabietas y pérdida de control y son muy valiosos ya que pueden ayudar al niño a retomar el control con un mínimo de apoyo de parte del adulto (Myles & Southwick, 1999).
Antiseptic bouncing/El distanciamiento antiséptico* (traducción de A. Couret) implica retirar al alumno, de forma no punitiva, del contexto en cual se está manifestando la dificultad. En la escuela, podríamos mandarlo a hacer un encargo. En casa, podemos pedirle que nos traiga algún objeto. En ese tiempo, el alumno tiene la oportunidad de recobrar una sensación de calma. Al regresar, usualmente el problema ha disminuido en magnitud y de ser necesario, el adulto está disponible para brindar apoyo.
Proximity control/Control por proximidad. En lugar de llamar la atención a la conducta, esta estrategia permite que el maestro o el representante se acerque al alumno que está manifestando la conducta indicada. A veces algo tan sencillo como pararnos al lado del niño tiene un efecto tranquilizador. Esto se puede lograr sin interrumpir una actividad en desarrollo.
Support from routine/Apoyo desde la rutina. Tener a la vista un cuadro o agenda visual con las expectativas y los eventos puede brindarle seguridad a los niños y jóvenes con TEA que usualmente necesitan predictabilidad. Esta técnica también puede utilizarse para prepararnos ante un cambio en la rutina. Informar a los alumnos sobre cambios en el horario puede prevenir la ansiedad y reducir la probabilidad de que se presenten berrinches, rabietas y pérdidas de control. Por ejemplo, en el caso del alumno que está demostrando su frustración golpeando con el pie, podemos mostrarle su agenda visual para que tome conciencia que al completar dos problemas podrá ir a trabajar con un compañero sobre un tema de su interés personal. Mientras los papás están haciendo diligencias, pueden utilizar esta técnica de apoyo desde la rutina para alertar al niño que se encuentra en la etapa de “ruido sordo” que la próxima parada será en su tienda favorita.
Home base/Base de operaciones. Un “home base” es un lugar en la escuela donde una persona puede escapar del estrés. El home base debe ser un lugar tranquilo con pocas distracciones y las actividades deben elegirse cuidadosamente para que resulten tranquilizadoras en lugar de estimulantes. En la escuela, un salón multiusos o la oficina del consejero puede servir como home base. La forma en que se estructure la habitación es más importante que su ubicación. En casa, home base podría ser el dormitorio del niño o un área aislada. Pero independiente de su ubicación, es esencial que se perciba el home base como un entorno positivo. Home base no es “timeout” o un lugar donde evadir las tareas y obligaciones del aula. El alumno lleva su trabajo académico al home base, y en casa, las obligaciones domésticas deberán cumplirse después de un breve receso en home base. Home base puede utilizarse en otras ocasiones y no solo durante la etapa del “ruido sordo”. Iniciando el día, home base puede ser el lugar donde repasamos el horario para ese día, hablamos sobre cambios en la rutina habitual y revisamos que los materiales de trabajo del niño estén organizados o donde repasamos alguna materia específica. En otras ocasiones, home base puede utilizarse para ayudar al alumno a recobrar el control después de una crisis o pérdida de control (meltdown).
Para elegir una intervención durante la etapa del “ruido sordo”, es importante conocer al alumno ya que aplicar la técnica equivocada puede hacer que el problema de conducta se agrave en lugar de disminuir. Es importante comprender que las intervenciones en esta etapa son apenas “curitas” (band-aids). No le enseñan a los niños a reconocer su propia frustración o a manejarla. Estas estrategias deben enseñarse de forma preventiva para que el ciclo no inicie.
La etapa de la rabieta (Rage stage)
Si no logramos disipar la conducta durante la etapa del ruido sordo, el niño o adolescente puede pasar a la etapa de la rabieta. En ese momento, el alumno se muestra desinhibido y actúa de manera impulsiva, emocional y a veces, explosiva. Estas conductas pueden externalizarse (por eje., gritar, morder, golpear, patear, destrucción de propiedad o auto-lesión) o internalizarse (por ejemplo, aislamiento). Las crisis conductuales (meltdowns) no son deliberadas, y una vez que el ciclo de rabieta comienza, casi siempre debe seguir su curso. En esta etapa, el énfasis debe ser en procurar la seguridad del niño, de los compañeros y del adulto al igual que en la protección de los bienes de la escuela, del hogar o personales.
La mejor forma de afrontar el berrinche, la rabieta o la pérdida de control is llevar al niño a home base. Como ya mencionamos, este salón no se percibe como un premio o un recurso disciplinario, sino como un lugar donde el niño puede recobrar el auto-control. Aquí es importante ayudar al niño o adolescente con TEA a recuperar el control y preservar su dignidad. A tal efecto, los adultos deben tener un plan de acción preparado que permita (a) contar con la ayuda de otros maestros – por ejemplo, un docente experto en manejo de crisis o el director del colegio, (2) retirar a los demás alumnos del área, o (c) de ser necesario, aplicar una contención física terapéutica.
La etapa de recuperación (Recovery Stage)
Luego de una crisis conductual (meltdown), con frecuencia el niño con TEA no recuerda bien lo que sucedió durante la etapa de la rabieta. Algunos pueden mostrarse malhumorados, aislarse o negar la conducta inapropiada. Otros se sienten tan agotados físicamente que necesitan dormir. Es importante que las intervenciones se implementen en momentos en que el alumno pueda aceptarlas y en una manera que el alumno las comprenda y acepte. De otra forma, las invervenciones pueden sencillamente ocasionar que se resuma el ciclo de manera acelerada, alcanzando la etapa de rabieta más rápidamente.
Durante la etapa de recuperación, frecuentemente los niños no están listos para aprender. Por lo tanto, es importante que los adultos que trabajan con ellos les ayuden a retomar la rutina. Usualmente esto se logra mejor guiando al niño hacia una tarea que le resulte muy motivadora y que pueda cumplir con facilidad, como podría ser algo relacionado con algún interés especial.
Resumen
Los alumnos con TEA que experimentan estrés pueden reaccionar mediante un berrinche, rabieta o crisis conductual. Las conductas no se manifiestan de manera aislada o al azar. Usualmente están asociadas a alguna razón o causa. El alumno que inicia una conducat inadecuada está tratando de comunicarse. Antes de seleccionar una intervención a utilizar durante el ciclo de berrriche o para prevenir que se manifieste, es importante comprender la función o el rol que cumple la conducta específica. Este es el primer paso para desarrollar intervenciones efectivas. De hecho, si no determinamos las razones, causas o condiciones bajo las cuales se manifiesta la conducta, hay poca probabilidad de que la intervención sea efectiva.
Los niños y jóvenes con TEA generalmente no quieren pasar por un berrinche, rabieta o pérdida de control. Más bien, el ciclo de rabieta es la única forma que conocen para expresar el estrés, afrontar problemas y muchas otras emociones para las cuales no ven otra solución. La mayoría quiere aprender métodos para manejar su conducta, incluyendo cómo calmarse al enfrentarse a los problemas y aumentar su autoconciencia de sus emociones.
La mejor intervención para los berrinches, las rabietas y la pérdida de control es la prevención. La prevención funciona mejor como un abordaje multifacético que consista en la enseñanza de (a) estrategias para aumentar el conocimiento social y la resolución de problemas, (b) técnicas que faciliten la auto-comprensión y (c) métodos para auto-calmarse.
REFERENCIAS
Myles, B.S. & Southwick, J. (2005).. Asperger syndrome and difficult moments: Practical solutions for tantrums, rage, and meltdowns (2da edición). Sawnee Mission, KS: Autism Asperger Publishing Company.
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*Más sobre Antiseptic bouncing: Se trata de un recurso preventivo para el manejo de la conducta. Se utiliza como una medida de respiro al extraer al alumno temporalmente de la situación donde podría manifestarse una conducta disruptiva.
Fuente: Reliefteaching.com