Aquí te damos algunas estrategias para ayudar a tu hijo con autismo a decifrar y navegar el elusivo código social y mejorar en su interacción social
Nota: La infomación que extraemos aquí proviene del excelente documento
Autism, how to help your young child, publicación del National Autistic Society (Reino Unido).
Traducido por Elena Campo Alonso y disponible en español a través del
Servicio Central de Publicaciones del Gobierno Vasco.
Créditos detallados al finalizar este artículo.
Los niños con autismo presentan dificultades en tres áreas principales: la interacción social; todos los aspectos de la comunicación (verbal y no verbal); rigidez de pensamiento y falta de imaginación. Asimismo, la mayoría de los niños autistas muestran también tics inhabituales y repetitivos.
A la hora de identificar a un niño con autismo, se deben tomar en consideración el conjunto de sus rasgos de comportamiento y sus dificultades y no características aisladas.
El autismo afecta a niños con diferentes estilos de vida, sin reparar en países ni culturas y con distintos niveles de capacidad. Sin embargo, los niños autistas se diferencian enormemente unos de otros, y los efectos del autismo pueden ser leves o graves. El cuadro general de un niño que presenta autismo puede verse afectado por la edad, el sexo, la personalidad o cualquier deficiencia.
Ayudar a un niño con autismo requiere un gran esfuerzo y el progreso puede ser lento y limitado. Esperamos que tú y tu familia encontréis útiles las sugerencias que proponemos a continuación. Algunas de estas sugerencias pueden ser más relevantes y otras pueden resultar inapropiadas. Intenta identificar al niño entre los diagramas que ofrecemos a continuación y averigua si las sugerencias que proponemos le son de utilidad. No te preocupes si no logras tu objetivo con algunas. Puedes utilizarlas como pauta para intentar cosas parecidas. Muchas de las ideas se repiten en las diferentes secciones y según vayas leyendo notarás que las mismas ideas surgen una y otra vez con ligeras modificaciones.
Cuando los niños nacen por lo general están preparados para ser sociables y para desarrollar destrezas de comunicación. Desde sus primeros días de vida se muestran especialmente interesados por las caras de la gente que se mueve a su alrededor. Los niños pequeños saben instintivamente que las personas son importantes para buscar consuelo, para compartir momentos de alegría, para aprender de ellas y para disponer de un modelo a imitar. Enseguida aprenden a conseguir ayuda de los adultos cuando necesitan algo.
Los estudios que se han realizado sobre las madres y sus bebés revelan que mantienen "conversaciones" entre ellos. Siguen un modelo estableciendo turnos y compartiendo comprensión mucho antes de que se inicie el desarrollo del lenguaje. Los bebés enseguida "conectan" con sus padres y aprenden a captar los mensajes encubiertos que se comunican mediante la expresión facial y el lenguaje corporal. De esta forma aprenden lo que se espera de ellos y cuándo es correcto comportarse de determinada manera. Son capaces de reconocer cuándo alguien está contento o triste y lo que significan esos sentimientos. Más adelante y de forma gradual aprenden las normas no escritas de relación con la gente.
Todo esto les resulta muy difícil a los niños autistas. Se muestran menos interesados por las personas. Les cuesta ver las cosas desde otro punto de vista y a menudo parece que estén encerrados en su propio mundo.
En esta unidad abarcaremos tres aspectos:
- Hay que recordar que lo que se está intentando es mejorar la calidad de vida del niño y de todos los que le rodean. Se trata de ayudarle a comportarse de una manera más aceptable socialmente, de forma que los demás reaccionen mejor ante él y sea más feliz.
- Aprende a conocer a tu hijo a fondo. Reconoce lo que le gusta y le disgusta, lo que quiere o necesita, las cosas a las que responde, quién consigue sacar más de él, qué es lo que sabe hacer y lo que mejor se le da. Quizá sea útil llevar un diario para anotar los incidentes que consideras de interés.
- No le dediques cada minuto de tu vida, sin embargo intenta hacer un buen uso del tiempo que pasas con él.
- Protégele de las bromas de sus hermanos y de las intimidaciones de otros niños.
- Ayúdales a comprender y a tener en cuenta su forma extraña de comportarse.
- Haz que su jornada resulte predecible y segura, establece una rutina regular significativa. Al principio del día dile en pocas palabras lo que va a ocurrir para que lo asimile y pueda anticiparlo. Intenta evitar los cambios repentinos pero, si son necesarios, prepárale para afrontarlos.
- Muchas de las actividades sugeridas se practican normalmente con niños mucho más pequeños. Puede que te sientas un poco estúpido. Además puede resultar incómodo jugar a juegos de bebés con niños más mayores, aunque es una de las cosas más útiles que se pueden llevar a cabo. Por otro lado, es conveniente tener en consideración tanto la edad y el sexo del niño como el contexto específico. Anima a los demás a ser amables, pacientes y firmes con él, aunque también considerados.
- Anima a los miembros de la familia a hacer las cosas siempre de la misma manera. La consistencia es importante ya que ayudará al niño a comprender lo que ocurre a su alrededor y a saber lo que se espera de él.
- No olvides hablar con el niño cuando hagáis cosas juntos.
Antes de empezar
- El contacto que surge de forma natural con los bebés y los niños más pequeños durante las actividades cotidianas rutinarias como cambiarles de pañales, vestirles, bañarles, darles de comer, debe ser divertido. Aprovecha estos momentos para jugar con sus dedos, su pelo y su cara, sin prisas.
- Intenta meterte en su mundo. De vez en cuando debes imponer tu presencia. Cuando interactúes con él, hazlo durante poco tiempo, pero a menudo. Esto es preferible a hacerlo durante sesiones largas e intensas.
- Evita alzar la voz y mantén la calma en su presencia. No insistas en interactuar con él cuando te encuentres irritado o molesto. Debes utilizar movimientos lentos y suaves y sonreírle y tocarle a menudo. Intenta ser cálido pero también realista sin generar un optimismo exagerado. -
- Cuando estés jugando con él o llevando a cabo actividades cotidianas como vestirle o lavarle, ponte a su nivel arrodillándote o sentándote en el suelo. Cuando vayas a trabajar con él de manera más organizada, es mejor utilizar una mesa y una silla situadas a la altura adecuada.
OBJETIVOS A TRABAJAR - AREA INTERES Y CONCIENCIA SOCIAL:
El contacto físico. Cómo acercarse
El contacto físico. Acercarse todavía más
El contacto físico. Progresión ajustada
Proporcionar seguridad ante el dolor
Aprender a no sentirse avergonzado
Ayudarle a aproximarse a los demás
Buscar las claves para entender a los demás
OBJETIVO: El contacto físico. Cómo acercarse.
FIG- 1: Parece que Adam vive en su propio mundo. Nunca presta atención a los demás, especialmente si son niños.
LO QUE HAY QUE SABER (Claves de comprensión).
- Algunos niños autistas se muestran distantes o muy solitarios y aislados.
- Puede que intenten evitar a los demás niños, bien ignorándolos o bien comportándose como si no estuvieran presentes.
- Otros pegan o empujan a los demás sin razón aparente.
- A veces parece que tratan a todo el mundo de la misma manera, sin siquiera diferenciar a su madre o a su padre.
LO QUE HAY QUE HACER (Estrategias útiles)
- Tócale más a menudo de lo que harías con otro niño de su edad, aunque al principio no muestre ningún signo de disfrute.
- Cuando le lleves en brazos por casa utiliza una serie de movimientos como balancearle, bailar con él, levantarle,.bajarle, etc... Haz pausas y empieza de nuevo. Si se queja o muestra malestar déjalo para otro momento.
- Utiliza juegos que impliquen caricias y abrazos e intenta que estos juegos también sean agradables para ti.
- Ya que Adam no te presta ninguna atención, asegúrate de que no te ignora. Cuando te acerques o te sientes a su lado, trátale como si pensaras que es consciente de tu presencia. Es posible que reaccione en cualquier momento.
- Para empezar, acércate sólo durante unos pocos segundos. Puedes darle un juguete o decir "hola" antes de marcharte. Cuando se sienta cómodo con esto, quédate con él cada vez más tiempo, hasta que acepte una presencia continuada.
OBJETIVO: El contacto físico: acercarse todavía más.
FIG 2: A Sophie no le gusta que le toquen o le cojan en brazos.
LO QUE HAY QUE SABER (Claves de comprensión).
- Un síntoma temprano de que un niño presenta autismo es la dificultad para cogerle en brazos, ya que no se acurruca o ajusta su cuerpo al de la persona que lo sujeta. Puede que en su momento no te dieras cuenta do ello, pero sí más adelante.
- Algunos niños autistas se inquietan si hay personas cerca, puede que incluso se levanten y se vayan.
- A algunos no les gusta que les toquen suavemente o de forma vacilante.
- Algunos toleran que se les abrace, pero solo después de que ellos se hayan sentado en tu regazo. Ver Ayudarle a aproximarse a los demás pág. 28.
- Toca a Sophie de forma cariñosa. Acaricia y abrázala; después del baño extiende crema o polvos de talco sobre su cuerpo y envuélvela en una toalla o manta suave y dale un abrazo. Cuando la toques, hazlo con la punta de los dedos con la palma de la mano, con la mejilla o el pelo, dale besos en distintas partes del cuerpo.
- Cuando le toques no lo hagas con movimientos vacilantes. Puede que responda mejor a los movimientos firmes que a un contacto suave.
- Cuando esté jugando, siéntate a su lado y manténte ocupado con algo. De vez en cuando coge alguno de sus juguetes y dale algo tuyo a cambio.
- De vez en cuando coge la mano de Sophie y tira de ella hacia ti para darle un breve abrazo. - Cuando empiece a aceptar esto, no tires de ella tan fuerte, da el impulso inicial pero luego deja que ella continúe la aproximación.
FIG 3: Michael es bastante impredecible y nunca se sabe cuánto se le puede tocar, ya que varía mucho.
LO QUE HAY QUE SABER (Claves de comprensión).
- Algunos niños autistas son vivaces y activos. Otros muestran afecto y les gusta que les acaricien.
- A algunos les gustan los juegos más violentos mientras que rechazan el contacto más suave.
- Otros pueden ser muy exigentes y pegadizos, sobre todo con sus madres.
- Algunos tienen predilección por ciertas personas que pueden conseguir más de ellos.
- Fomenta la relación con Michael. Busca maneras de hacerle ver lo contento que estás. Estáte al tanto de cualquier signo de interés que muestre por otras personas e intenta que éstas reaccionen también con muestras de alegría.
- Antes de levantarle o de empezar a jugar con él, tócale suavemente en la mejilla, el brazo o la mano.
- Los juegos de acción, o las carreras son útiles pero siempre con cuidado de que no se excite demasiado.
- Busca tiempo y oportunidades para que establezca contacto con gente de forma natural. Ayúdale a que, gradualmente, mejore este tipo de contactos, por ejemplo utilizando distintos tipos de saludos o animándole a que salude a distintas personas.
- Enséñale a despedirse (agitando la mano) o a extender los brazos cuando quiere que se le coja en brazos. Ayúdale a que utilice estos gestos con otras personas y consigue que otras personas le ayuden a que utilice estos gestos contigo. Haz esto regularmente en las situaciones cotidianas que se repitan. Cuando empiece a hacer lo correcto en el lugar y momento adecuado, reduce la ayuda que le prestas. Ver Unidad 2: Comprender los gestos, pág. 50.
- Cuando esté capacitado, haz que lleve mensajes, haga recados sencillos o siga instrucciones simples como "llévale esto a papá".
FIG 4: Nunca sabemos si Reena está contenta o triste. Nunca muestra dolor o placer. Ni siquiera cuando se hace mucho daño viene para que la consolemos y tampoco nos deja que lo intentemos.
LO QUE HAY QUE SABER (Claves de comprensión).
- Algunos niños autistas no parecen tener ninguna reacción ante el dolor. Es posible que no lloren cuando se hacen daño y que no tengan interés en buscar consuelo.
- A menudo, no suelen ser muy conscientes del peligro.
- Hay que estar al tanto cuando Reena se hace daño, puede que dé indicaciones inusuales, como un sonido o palabra determinada.
- Identificar las zonas de riesgo en cada habitación de la casa, por ejemplo, la chimenea, los enchufes, las esquinas, las estufas ...
- Puede que sea posible enseñar a Reena cómo evitar las situaciones de peligro. Cuando esté a punto de tocar algo peligroso, impedirle que toque el objeto, a la vez que se dice firmemente: "No".
- Cuando sea un poco mayor o cuando se considere que comprende lo suficiente, dibuja barreras en el suelo (con tiza o con cinta), alrededor de las áreas peligrosas, como por ejemplo el calentador. Enséñale a que no cruce la línea y prémiale por no hacerlo, por ejemplo, con un abrazo. - Si crees que se ha hecho daño en algún momento, compórtate como si sintiese dolor, aunque se muestre indiferente, consuélale y dale abrazos. Busca otras formas de consolarle, por ejemplo abrazando juntos su juguete preferido, o sentándote a su lado acariciándole el brazo o cantando con voz relajante.
FIG 5: Nikesh se comporta fatal cuando hay gente alrededor, se acerca a ellos y les toca. Todo resulta inadecuado.
LO QUE HAY QUE SABER (Claves de comprensión).
- Algunos niños autistas ignoran a los demás la mayoría del tiempo pero de repente puede que se acerquen y te toquen la cara, el pelo, los ojos...
- Puede ser muy incómodo si viene un invitado y el niño le acaricia la pierna, le huele o incluso le chupa.
- A veces son las joyas y la ropa lo que más atrae a un niño, más que la persona que los lleva.
- Este tipo de comportamiento del niño puede resultar impersonal ya que trata a las personas como si fueran objetos. Sin embargo, este comportamiento es un buen principio sobre el que mejorar su comportamiento.
- Para empezar, intenta tolerar y agradecer la aproximación de Nikesh, aunque sea inusual. Cualquier tipo de aproximación es mejor que ninguna. Enséñale formas alternativas de tocar a las personas guiando su mano y ayudándole por ejemplo a acariciar la mano o la mejilla suavemente en vez de otras partes del cuerpo. De la misma manera, muéstrale cómo debe tocar a un animal doméstico (si lo hay), a sus hermanos pequeños, recompensándole cariñosamente por ello.
- En vez de sentirse avergonzado o molesto, enseña a Nikesh lo que debe hacer, cómo hacerlo, cuándo hacerlo y cuándo no. Dale tiempo suficiente para que lo asimile. Con el tiempo aprenderá a aproximarse a los demás, de forma más adecuada.
- Si su comportamiento te avergüenza cuando hay invitados, manténle distraído con alguna actividad que le agrade.
- Es conveniente explicar a los invitados que Nikesh no pretende ser descortés. Puede ser de ayuda explicar previamente que tiene ciertas dificultades que no son culpa suya o que es autista.
- Si Nikesh se acerca demasiado, no te alejes bruscamente, mostrando malestar o rechazo, simplemente retírate de forma suave.
- Con el tiempo podrás conseguir que haga lo correcto. Puedes decirle, por ejemplo: "Nikesh, ve y cógele la mano al abuelo". No olvides elogiarle si lo hace bien.
FIG 6: Cuando Christopher se acerca a mí siempre lo hace por la espalda o si no, se apoya en mi rodilla como si yo fuese una silla.
LO QUE HAY QUE SABER (Claves de comprensión).
- Los niños autistas se suelen acercar a la gente de forma extraña, por lo general no de frente. . .
- A algunos les gusta frotarse contra la espalda de sus padres, a veces con la camiseta levantada para sentir el roce de la ropa contra su piel.
- Puede que se acerquen por detrás y te abracen las rodillas.
- Algunos se apoyan en las personas de modo impersonal, como si fuesen parte del mobiliario.
- Cuando sientas que Christopher se acerca por detrás anticípate a sus movimientos y al tiempo que abraza tus rodillas, gira la cabeza, sonríe y salúdale. Una vez que hayas conseguido hacer esto un par de veces, gira tu cuerpo de forma gradual y agáchate hasta su altura para saludarle. Cada vez que hagas esto aumenta el contacto visual cara a cara.
- Cuando Christopher se vaya a apoyar en tu rodilla, gírale brevemente con tus brazos o entre tus rodillas, después vuelve a girarle en el sentido contrario. Como se ha dicho antes, ve aumentando gradualmente el tiempo que está frente a ti.
FIG 7: No consigo que Nadeem me mire, ni siquiera cuando estoy realmente enfadada. Nunca sé lo que quiere o cómo se siente.
LO QUE HAY QUE SABER (Claves de comprensión).
- Un niño autista no suele mirar directamente a las personas, sino a un lado o por encima de los hombros.
- Aunque parezca que no están escuchando, se puede notar que sí lo están haciendo aunque no se vuelvan ni al oír su nombre.
- Puede parecer que no les importa el estado de ánimo de su interlocutor.
- Muchos niños autistas no hacen gestos con la cara ni de otro tipo para dar a conocer sus deseos.
- Es necesario establecer contacto con Nadeem de todas las maneras posibles, haciendo siempre uso de la vista, del oído y del tacto.
- Cuando quieras que el niño te mire, sitúate en su ángulo de visión y dile "Nadeem, mírame".
- Puede ser de utilidad tocarle suavemente las mejillas y hacer que se vuelva hacia ti (si el niño lo permite) mientras dices su nombre.
- Anímale a que toque o señale partes del cuerpo, como los dedos (tanto suyos como tuyos) y nombrarlos. Participar en juegos y cantar canciones que pongan de relieve las partes del cuerpo.
- Coloca sus manos sobre tu cara o garganta, mientras emites sonidos o haces movimientos exagerados o pones caras graciosas.
- Participar en juegos para fomentar el contacto físico, visual y auditivo. El momento del baño es especialmente bueno para ello. Haz ruidos y gestos raros o graciosos mientras te toca, por ejemplo abre y cierra la boca rápidamente si toca tus labios. En cuanto se dé cuenta de que puede conseguir que tú hagas algo, puede que quiera intentar repetir la actividad.
- Enséñale cómo se llama, a reconocerse, mientras recorres partes del cuerpo y le dices: "la nariz de Nadeem, los ojos de Nadeem.... ".
- Animar a Nadeem a que te preste atención y, con el tiempo, a que aprenda a mirarte a la cara. Agáchate hasta su altura, bien de rodillas o sentándote en el suelo frente a él, no a su lado sino en su ángulo de visión, por si decidiera mirar. Es conveniente no esperar contacto visual pero sí reaccionar con aprobación si ocurre, aunque sea esporádicamente. Coge un objeto que le interese o desee y. sujétalo al lado de tu cara, cerca de los ojos para decirle: "Mira, Nadeem".
OBJETIVO: Mejorar el contacto visual
FIG 8: No conseguimos que Sam nos mire de modo apropiado.
LO QUE HAY QUE SABER (Claves de comprensión).
- Aunque algunos niños autistas nunca miran a los ojos. Lo más habitual es que estos niños establezcan contacto visual pero de forma poco frecuente.
- Puede que "echen un vistazo" rápido y no directamente a los ojos y es difícil que mantengan la mirada.
- Lo más probable, el que miren la ropa, el pelo o los accesorios de la persona con la que están, en vez de su cara o sus ojos.
- Cuando miras a sus ojos, a veces, bajan la mirada, se tapan los ojos con la mano o miran hacia otro lado.
- Algunos se quedan mirando fijamente a las personas, sin expresión alguna, especialmente si son extraños o invitados.
- En algunas ocasiones examinan a las personas, animándose mucho y haciendo que .se sientan incómodos.
- Si percibes que has captado el interés de Sam con unos pendientes o un collar, intenta utilizar este interés para conseguir que se fije en ti como persona. Intenta establecer contacto visual moviendo la cabeza para encontrar su mirada, si es posible.
- Ponte un sombrero u objeto gracioso en la cabeza y tápate los ojos con él, después mírale con una sonrisa.
- Haz pompas de jabón y anímale a que las mire mientras están flotando y desaparecen. Haz las pompas a baja altura, de forma que, si estás frente a él puedas establecer contacto visual mientras las mira flotar alrededor de su cara.
- Cuando Sam mira algún objeto, habla con él sobre el objeto situándote en su ángulo de visión. Si notas que Sam te está mirando, responde con una sonrisa y un saludo e intenta empezar una conversación. A continuación, vuélvete con naturalidad e intenta captar su mirada de nuevo.
- Cuando Sam se acerque demasiado es conveniente no apartarse de forma brusca. Saluda y sonríe mientras vuelves la cabeza o le apartas ligeramente con suavidad.
- Mientras estás jugando con él, anímale a que establezca contacto visual. A continuación deja de hacerlo y espera a ver sí mira. En caso de que lo haga, considéralo como una señal para continuar con la estrategia. Si es posible, conviértelo en un juego de actuar a turnos. (Ver: Juego social, pág. 38).
- Si Sam se queda mirando fijamente no te avergüences, pero evita devolverle este tipo de mirada. Mírale de. forma breve y luego vuélvete hacia otro lado, para volver a mirarle más adelante de forma natural.
- Utilizar juegos del tipo "corre, corre., que te pillo". Antes de salir di "preparados, listos" y después señala con la mano y "ya". Anima a Sam a que mire y quizás notes que Sam lo hace para comprobar que le estás observando antes de empezar a correr.
- Un golpe firme en su mano, brazo u hombro puede ser útil para captar su atención. Esconde algo detrás de la espalda o en la mano y enseñarle lo que hay escondido.
- Si Sam está empezando a comprender las bromas y el humor, puede resultar útil guardar sus cosas en dos cajas diferentes, por ejemplo una para los juguetes y otra para las piezas de construcción. Al guardarlas haz como si te equivocaras de caja y di "no" acompañándolo con un movimiento de desaprobación con la cabeza. Anímale a que haga lo mismo y a esperar a que se le diga "si" o "no".Espera a que mire en busca de aprobación antes de poner cada objeto en la caja correcta.
FIG 9: David no sabe leer mis sentimientos.
LO QUE HAY QUE SABER (Claves de comprensión).
- Algunos niños autistas no consiguen interpretar los gestos y las expresiones y pueden reaccionar equivocadamente ante las muestras de estado de ánimo, por ejemplo piensan que una persona está de mal humor cuando en realidad está contenta.
- Un problema muy habitual es que creen que los niños que están a su alrededor son violentos y amenazadores cuando en realidad sólo están correteando.
- A menudo los niños autistas no utilizan los gestos y las señales de forma adecuada y hacen muecas o gestos extraños que no significan nada, o se ríen y gritan sin razón aparente.
- Habla con David para explicarle lo que está haciendo la gente de su alrededor y lo que va a ocurrir a continuación. Prepárale para afrontar situaciones desconocidas en las que la gente puede vestirse o comportarse de una forma imprevista para él.
- Quizá. necesites explicarle lo que quieres decir con ciertos gestos, como por ejemplo encogerse de hombros para demostrar ignorancia o desinterés o muecas de desaprobación con los labios. Cuéntale a David lo que significa o cómo te sientes cuando ríes, lloras o te enfadas.
- Mira libros o dibujos con él para identificar caras contentas, gestos de enfado, etc...
- Recorta caras de las revistas para hacer un mural con caras alegres y pégalo en la pared de la cocina. Ver Unidad 2 -Comprender gestos - pág. 50.
LO QUE HAY QUE SABER (Claves de comprensión).
- Algunos niños autistas se asustan mucho cuando oyen determinados sonidos, a pesar de que no comportan peligro.
- Otros reaccionan de forma diferente según el día. Por ejemplo, unas veces son capaces de responder cuando oyen su nombre o una voz familiar, otras veces no.
- A la mayoría les gusta escuchar música sobre todo si son melodías con un ritmo marcado.
- En algunas ocasiones, los niños autistas confunden la vista y el oído. De esta manera, se tapan los ojos para no oír un sonido y los oídos cuando no quieren ver algo.
- Usar señales para atraer su atención, como, por ejemplo, tocar su oreja cuando quieres que escuche o su mejilla para que mire.
- Al empezar a hablar con él, llámale por su nombre y espera hasta estar seguro de que está prestando toda la atención de la que es capaz. Si es posible, utiliza siempre la misma frase para atraer su atención, como "escucha Charles".
- Intenta eliminar los ruidos de fondo y las distracciones cuando estés trabajando o jugando con él.
- Mientras llevas a cabo las tareas cotidianas, intenta hablar o cantar suavemente a su lado. Intenta que sean canciones familiares y dichos populares, algunos de ellos relacionados con los distintos momentos del día (la hora de comer, del baño, de acostarse) y otros repetidos a lo largo del día.
- Haz que conozca un amplio registro de sonidos con intensidad y tonos variados.
- Utiliza instrumentos u objetos de la casa, como cucharas, tapaderas o una caja de cartón y un palo, para componer melodías o ritmos simples. Anímale a que participe. Deja .espacios vacíos en la melodía para que él los rellene a. compórtate como si esperases su participación. Si no lo hace, continúa dejando huecos para que, con el tiempo, él acceda a jugar. Anima a sus hermanos a que jueguen con él de la misma manera.
- Como ayuda para interactuar con él utiliza la música y el movimiento. Canta con él e inventa canciones con melodías familiares para narrar las acciones que llevas a cabo. Anímale a que salte, bote y camine al ritmo de la música. Cógele en brazos y baila con él o muévele en el aire.
- Utiliza rimas y canciones creando suspense cuando llega la palabra o frase repetida. Haz una pausa más larga de lo normal, esperando que diga la palabra apropiada. . .
- Anímale a que se siente contigo sin moverse para observar y escuchar una cinta o una historia. Empieza con periodos cortos de tiempo que irán aumentando gradualmente. Puede que le guste sentarle sobre su cojín especial.
- Si un sonido le causa malestar, haz lo que esté en tu mano para eliminarlo, o en su defecto, para consolarle. Si es necesario, llévale a otro sitio para que no lo oiga Si es un sonido que no se puede controlar, como el del aspirador, avísale cuando esté a punto de comenzar. Para fomentar su tolerancia primero llévale a la habitación contigua con otra persona y luego acércale cada vez más al sonido. Para conseguir que lo tolere cuando está solo, hay que llevarlo a cabo de forma gradual.. - Puede resultar de utilidad usar una grabadora para conseguir una versión de menos intensidad del sonido que odia para ayudarle a ser más tolerante con él.
- Mientras controlas el volumen del sonido con la grabadora, di frases como "demasiado alto" o "baja el volumen". Si el niño es capaz de hacer uso del lenguaje y empieza a imitar tus frases, anímale en todo momento. Puede que algún día lo diga por sí mismo, aunque tarde mucho tiempo.
Tener siempre en cuenta que el objetivo es trabajar para crear atención e intereses compartidos y no solamente para desarrollar, por parte del niño, un interés por las cosas con las que ambos estáis jugando.
Muchos niños autistas no se dan cuenta dé que la gente puede interesarse por sus actividades. Puede que no intenten enseñarte cosas o hacer que les observes.
Muchos de estos niños señalan o nombran objetos y dibujos de forma mecánica aunque no haya nadie observando ni escuchando. Es necesario enseñar al niño que señalamos cosas para interesar a los demás en la actividad.
OBJETIVOS A TRABAJAR - AREA INTERESES COMPARTIDOS
FIG 12: James nunca ha traído nada para enseñármelo
LO QUE HAY QUE SABER (Claves de comprensión).
- Contrariamente al resto de los niños, los autistas no suelen intentar atraer la atención . de los demás hacia las cosas que les interesan, señalándolas o compartiéndolas. No parecen darse cuenta de que los demás puedan interesarse.
- No comprenden cómo compartir los intereses. Cuando alguien está mirando algo ellos no miran, ni siquiera cuando se señala y se les dice "¡mira!".
- Sus intereses se ven relegados al plano de lo obvio y lo cercano y no perciben que los demás también puedan interesarse.
LO QUE HAY QUE HACER (Estrategias de utilidad).
- Continúa enseñándole cosas que encuentres interesantes aunque obtengas escasa atención. Préstale atención a él y haz comentarios sobre lo que está haciendo.
- Relaciona de forma directa los elogios y la atención, así como las muestras de afecto a lo que esté haciendo en cada momento.
- Haz que tu presencia sea más notoria e interesante. Practica actividades que creas que le van a interesar, hazlo cerca de él para captar su atención.
- Cuando salgáis a pasear, enséñale cosas, especialmente si son cosas que se pueden tocar. Enséñale una cosa cada vez y habla de forma clara y sencilla sobre lo que estáis viendo. Ayúdale a entender lo que quieres decir mediante gestos y movimientos.
- Si James está frente a ti con un juguete, haz como si te lo estuviera enseñando. Cógelo o míralo, muestra interés y haz comentarios sobre el juguete antes de devolverlo. Estar atento ante la posibilidad de que James esté intentando transmitir un mensaje con el juguete.
- Si notas que James se interesa por algo, sigue su mirada y muestra interés tú también. Haz que sienta que estáis compartiendo algo.
- Utiliza libros, especialmente aquellos que contengan elementos móviles que se pueden esconder y muestra abiertamente tu interés por el libro. Habla sobre lo que veis y haz preguntas "¿Dónde está escondido Spot?" etc...
- De forma gradual intenta que te enseñe cosas. Di frases como "Mamá quiere ver el osito" o "Vamos a mirar la luna". Al principio resulta bastante útil coger su mano suavemente o permitir que él coja la tuya. Poco a poco ve reduciendo la supervisión y anímale a qué lo haga por su cuenta. (Ver.Unidad 2 La comunicación pág. 43)
- Cuando esté preparado, haz que James enseñe a una tercera persona lo que habéis estado haciendo.
- Cuando haya terminado un puzzle o hecho un dibujo, anímale a que lo enseñe a la gente de su alrededor.
FIG 13: Tom muestra un leve interés por los juguetes y los juegos y tolera que haya gente alrededor siempre que no interfieran o intenten participar.
LO QUE HAY QUE SABER (Claves de comprensión).
- Algunos niños autistas enseñan brevemente objetos a los demás o los señalan, diciendo su nombre, pero no lo hacen con el fin de conseguir su atención o su interés.
- Algunos señalan las cosas que quieren o te cogen la mano para que hagas cosas por ellos; sin embargo, no son capaces de hacerlo solos, usando sus propias manos.
- Muchos niños autistas tienen buenas destrezas para el juego, pero sólo cuando lo empiezan ellos. No siguen las indicaciones ajenas ni aceptan las sugerencias de otra persona.
LO QUE HAY QUE HACER (Estrategias de utilidad).
- Enseña a Tom a entregar objetos. Sujeta su brazo y acompaña su mano hasta ti. Coge el objeto, reacciona con alegría y haz como si él te lo hubiera dado. Después devuélveselo. A continuación entrégale algo que tú encuentres interesante, luego pídeselo y acompaña su mano mientras te lo devuelve.
- Participar en juegos que impliquen repartir objetos entre vosotros, más adelante ampliar el círculo con otros niños.
- Preguntarle a Tom sobre sus gustos personales y hablar sobre ello.
- Haz comentarios animados sobre sus juegos o incluso interrúmpelos desde la otra punta de la habitación.
- Participar en juegos de carreras, para crear anticipación, decir "preparados, listos, ya" despacio y hacerle esperar el "ya".
- Cuando veas que Tom se mueve o emite sonidos, imítale y actúa como, si estos sonidos o movimientos significasen algo. Intenta centrar el juego en imitarle y en coma partir sus intereses pero ten cuidado de no caer en la burla. Haz pausas esperando su reacción y vuelve a empezar. Deja espacios vacíos para ver si los rellena, aunque al principio no lo haga. Una vez que hayas establecido un modelo de imitación, puedes intentar introducir sonidos o movimientos tuyos con el objetivo de que él te imite a ti. (Ver Unidad 2: Emitir sonidos, pág. 46).
- Anima a Tom a que te enseñe lo qué quiere. Permítele que te lleve hacia lo que de sea y que coja tu mano para alcanzar objetos. Algunas veces, haz como si no entendieras nada. Coge su mano y haz que señala hacia el lugar correcto. Al principio debes usar objetos reales y animarle a que los señale o alcance. Más adelante puedes utilizar fotografías o dibujos de objetos. cotidianos que sepas que puede desear. Muéstrale varios dibujos a la vez y haz que elija uno y que te enseñe lo que quiere decir. Lo puedes complicar un poco más, esperando, Antes de darle lo que quiere, a que te traiga el dibujo adecuado.
- Una vez que Tom tolere que juegues a su lado, ve introduciendo elementos nuevos.
- Por ejemplo, si estáis jugando. a alinear bloques de construcción, de repente puedes introducir uno que haga esquina o que en vez de seguir la línea se sitúe encima de los demás. Lo más probable es que al principio no lo acepte, pero si sigues con esta actitud, al final lo hará. Si te mira cuando hayas. alterado el esquema de juego, pon las cosas como estaban antes y mírale con una sonrisa, demuéstrale que su mirada ha significado algo para ti. Haz otros cambios en su rutina, pero no intentes burlarte de él a no ser que le divierta la broma.
Hasta ahora hemos hablado sobre cómo mejorar la empatía del niño autista, sobre cómo ayudarle a comprender las rutinas sociales y sobre cómo animarle a compartir sus. intereses.
A continuación nos centraremos en cómo facilitar las interacciones y la capacidad de compartir de forma que experimente el placer de jugar con los de más, en contraposición a jugar con cosas.
- Intenta desarrollar una relación de juego y. de trabajo con tu hijo. Establece lugares y momentos del día determinados en los que él sepa que le vas a prestar atención.
OBJETIVOS A TRABAJAR - AREA JUEGO SOCIAL:
FIG 14 y 15:
Sarah nunca ha mostrado ningún interés en juegos infantiles compartidos.
Hannah nunca intenta que juegue con ella y, cuando lo hago, me aparta las manos o se marcha. No le importa nada.
LO QUE HAY QUE SABER (Claves de comprensión).
- Muchos niños autistas no responden bien cuando sus padres intentan jugar con ellos.
- Pueden mostrarse pasivos o, por el contrario, darse la vuelta, marcharse o inquietarse.
- Aunque a su alrededor haya alguien muy ocupado con, las tareas domésticas, ellos se muestran desinteresados,,
- Muchos no buscan la atención de sus padres ni de cualquier otra persona.
LO QUE HAY QUE HACER (Estrategias de utilidad).
- Empezar con juegos tranquilos. Organizar las cosas de forma que Sarah se tranquilice y se interese por la actividad. Para empezar, siéntale a su lado y observa. Cuando tolere esto, puedes comenzar a jugar a su lado y a continuación intervenir brevemente en su juego. Persiste en reducir su aislamiento. Si Sarah se enfada o se estresa es mejor dejarla sola e intentarlo más tarde.
- Deja tiempo a Sarah para que asimile los juegos de animación. Aunque no responda de momento, al final lo hará. Utiliza muchos juegos de contacto físico, como por ejemplo sentarle en tus rodillas y hacerle botar.
- Utiliza juegos que impliquen que Sarah se siente en tu regazo. Para empezar, si es necesario, haz que se siente dándote la espalda. A continuación puedes seguir jugando, durante periodos cortos del tiempo, con ella sentada de cara a ti, pero no demasiado cerca. Al principio no esperes que coopere o mantenga contacto visual. De forma gradual incrementa el tiempo dedicado a esta actividad, la proximidad física y el contacto visual. Anímale a que imite e interactúe. También de forma gradual aumenta el tiempo del que dispone para empezar y acabar o para cambiar de juego.
- Ayúdale a crear movimientos con tus manos. Poco a poco reduce esta ayuda y déjale que haga los movimientos por sí misma.
- Con tus manos sobre las suyas, introduce acciones de movimiento, como tirar y empujar, apretar, salpicar, enrollar, torcer, clavar, girar, golpear. Usa juguetes apropiados.
- Juega con arena, coge un montón y échaselo sobre las manos, haz que ella haga lo mismo contigo. Se pueden practicar juegos similares con agua en la bañera.
- Practica juegos que requieran sentarse en el suelo y escuchar música. Al principio haz que Sarah se siente entre tus piernas dándote la espalda. Consigue que se mueva y que lleve el ritmo dando palmas. A continuación, gírala de forma que te mire y sigue haciendo que se mueva. De forma gradual, incremento los periodos de tiempo en que estáis cara a cara durante el juego.
- Coge un instrumento musical o un juguete ruidoso o con movimiento y póntelo cerca de la cara haciendo que se ponga en marcha. A continuación haz que pare de sonar o de moverse, ponte en el ángulo de visión del niño y pregunta : "¿Lo hago otra vez?". Repite el sonido o movimiento y, cuando cese, haz la misma pregunta, esperando una respuesta o una señal de su parte.
- Los juegos que consisten en correr y atraparse y las volveteretas pueden ser útiles. Intenta estar al tanto y fomenta el contacto visual. Introduce en este tipo de juegos pausas largas de forma que se cree anticipación. Espera a que te haga saber, de cualquier forma posible, si desea continuar con el juego. Juega a perseguirla y hacerle cosquillas y espera un contacto visual antes de hacerlo de nuevo. Llévala a hombros e intenta que sea ella la que te indique cuando empezar o parar. Intenta no "pasarte de la raya" con este tipo de juegos, ya que Sarah podría sobreexcitarse.
FIG 16: No consigo que Barbara juegue conmigo en los columpios. He notado que nunca me imita.
LO QUE HAY QUE SABER (Claves de comprensión).
LO QUE HAY QUE HACER (Estrategias de utilidad).
Publicación de la National Autistic Society (Reino Unido)
Autores: Departamento de Educación del Condado de Leicestershire
Servicio de consultoría en Autismo, Penny Barrat
Servicio de Psicología Educativa: Christine Cassell, Bessie Hayes, Tink Reader y Philip Whitaker
Fundación para la Salud "Fosse", Servicio Nacional de Salud
Servicio de Logopedia, Alison Parkingon
Traducción del inglés, Elena Campo Alonso
Servicio Central de Publicaciones del Gobierno Vasco, 2002
Enlace original
Cómo ayudar a tu hijo con autismo a navegar los códigos sociales y mejorar en su interacción social |
Integración escolar de los niños con Necesidades Educativas Especiales
La experiencia de convivir con los niños y las niñas, nos ofrece la oportunidad de poder observar las cosas de una manera diferente. Cuando nos encontramos con un niño o una niña feliz, los grandes problemas se hacen pequeños, el tiempo no existe, cuando sonríen es tan espontáneo y contagioso, que nos alegra a tal grado que participamos de su mundo mágico.
El pediatra Vienés Hans Asperger describió en su tesis doctoral publicada en 1944 a un grupo de 4 niños que tenían características inusuales en cuanto a sus capacidades sociales, lingüísticas y cognitivas utilizando el término de "psicopatía autista" con el que describía las características del desorden de personalidad de los niños que estudió. Asperger muere en 198,0 poco antes de que el Síndrome que lleva su nombre obtuviera un reconocimiento internacional.
Posteriormente, en los casos observados por Lorna Wing, quien fue la primera persona en usar el término Síndrome de Asperger en un trabajo publicado en 1981, describe las características conductuales de los sujetos estudiados los cuales se parecían a las descripciones hechas por Asperger. Este trabajo le permitió a Wing señalar por primera vez las principales características clínicas del Síndrome de Asperger. Esta autora, elaboró una lista en la que señala algunos criterios diagnósticos que puntualizan las características de los sujetos con el síndrome de Asperger:
1. Interacción social inapropiada con rasgos ingenuos y unipolares. No hay empatía ni reciprocidad. La capacidad para hacer amigos se encuentra muy limitada y en algunos casos es incapaz de establecer lazos afectivos.
2. Habla: no se observa retraso en su inicio; sin embargo el contenido es extraño, pedante y estereotipado. La comunicación verbal es poca o nula. Se pueden observar voz monótona, gestos inapropiados o poca expresión facial.
3. Presentan resistencia al cambio y gusto por actividades repetitivas. Ante algunos temas u objetos se les encuentra absortos.
4. Sus movimientos o posturas son extraños y mal coordinadas. En algunas ocasiones, sus movimientos son estereotipados.
5. Presentan buena memoria de repetición, intereses especiales y muy limitados.
En 1998 cuando M. tenía 5 años 2 mese tuvimos nuestro primer encuentro que a continuación narraré:
En ese día de invierno, llegué, como todas las tardes, a mi salón de trabajo dispuesta a entrevistar por primera vez a una pareja que traía a su pequeño hijo. La puerta del salón se encontraba cerrada. Se respiraba un ambiente tranquilo, interrumpido por unos repiqueteos en la puerta acompañados de una voz infantil que decía: "Abran, está cerrado, abran carajo… papito (refiriéndose a él) cálmate ya vas a entrar…, ya llegué…".
Al abrir la puerta, me encontré con M. El pequeño intentaba desprenderse de las manos de su madre para poder entrar al salón y ver qué había en él. Contrastando con la impulsividad del niño, sus padres se mantenían rígidos en el umbral de la puerta, al mismo tiempo que trataban de contenerlo.
Los padres informaron que la historia personal de M. se inició con algunas complicaciones, ya que durante el período perinatal presentó sufrimiento fetal secundario a trabajo de parto prolongado al haber presentado circular de cordón. No obstante las maniobras obstétricas aplicadas, M. presentó anoxia originada por haber broncoaspirado líquido del meconio. Secundario a ello, se originó un cuadro de paro respiratorio habiendo sido necesaria la aplicación de maniobras de resucitación. M. fue atendido neurológicamente desde ese momento, ya que se presentaron dos episodios convulsivos que fueron controlados con Epamín, medicamento que fue suspendido a los tres meses de edad al no volverse a presentar crisis convulsivas.
Durante su primer mes de vida, M. permaneció veinticinco días en terapia intensiva recibiendo respiración artificial por problemas de neumotórax. Superado este período crítico, la existencia de M. transcurrió aparentemente sin problemas serios de salud. Sin embargo, las pautas de maduración en cuanto al desarrollo motor y del lenguaje se dieron con cierta lentitud, por lo que el nivel de su desarrollo general estaba ligeramente por abajo de lo esperado para su edad cronológica, pero sin llegar a ser preocupantes para los padres estas observaciones. Hasta antes de cumplir los 2 años 9 meses de edad, fue un niño risueño, afectivo e interactuaba con sus familiares sin problemas; no obstante era muy inquieto, lo cual agotaba a la madre.
Cuando cumplió los 2 años 9 meses de edad M. ingresó al "Cuarto de bebes" en un colegio particular de la ciudad de México, el cual aplica el sistema Montessori con sus alumnos del Jardín de Niños. Fue ahí donde la guía se percató de las primeras conductas atípicas de M. informando de ello a los padres del niño. El reporte de la guía, señalaba la presencia de un inconstante balanceo corporal y aislamiento del niño con respecto a sus compañeros. También les señaló que M. durante el desarrollo del trabajo que se realizaba con el grupo dentro del ambiente Montessori, no mostraba interés por los objetos que se le enseñaban. La guía lo percibía "ausente", no tenía contacto con ella. Les dijo que en algunas ocasiones, cuando estaba muy ansioso y poco tolerante, se agredía golpeándose la cabeza con la pared o en el piso. Los padres se inquietaron mucho ante los comentarios de la guía y también lo observaron en la casa, con lo cual pudieron constatar lo dicho por la guía.
En el ámbito familiar los problemas se acentuaron, ya que M., aparte de presentar las conductas anteriormente señaladas, también tenía alterado el patrón del sueño, despertándose por las noches y teniendo mucha dificultad para conciliarlo nuevamente. El trastorno en el sueño tuvo repercusiones negativas en los miembros de la familia, ya que los padres se sentían agotados y poco tolerantes. Aunado a esto, M. se encontraba muy irritable y su hiperactividad se acentuó. También aparecieron en el niño manifestaciones negativas en su conducta, reflejándose en su poca tolerancia a los ruidos fuertes, así como muestras de ansiedad, llanto e incomodidad cuando se encontraba en lugares muy concurridos. Ante estos problemas, los padres de M. se sentían muy confundidos y desorientados, por lo cual, decidieron buscar ayuda profesional. Acudieron de un profesional a otro, ya que los diagnósticos eran muy contradictorios, y ninguno determinante.
M. fue diagnosticado inicialmente por el primer neuropediatra al que acudieron como un niño con "inmadurez neurológica generalizada", posteriormente solicitaron una evaluación psicológica en la cual se le catalogó como "psicótico", otro diagnóstico más lo señaló como un niño con "déficit de atención" aunado a problemas de hiperactividad y retardo generalizado en los procesos de aprendizaje.
En la medida en que los padres solicitaban una nueva opinión, el desconcierto se incrementaba y la confusión en la que se encontraban era abrumadora. El factor que más les angustiaba en aquellos momentos, fue que M. no estaba siendo atendido adecuadamente. Ellos estaban haciendo todo lo que estaba a su alcance, pero no veían mejoría en el niño; los problemas conductuales, de sueño, de lenguaje, de adaptación y de aprendizaje se agudizaban, y ellos no sabían que hacer.
No fue sino hasta que M. cumplió los cinco años de edad cuando después de habérsele aplicado una serie de pruebas, tanto en el aspecto neurológico como en el psicopedagógico y del lenguaje, fue diagnosticado como un niño que presentaba el Síndrome de Asperger.
Como se pueden dar cuenta, diagnosticar a los niños que presentan el Síndrome de Asperger no es una cuestión sencilla. Para ello es necesario contar con un equipo de especialistas que estudien minuciosamente el caso, siendo en algunas ocasiones necesaria la medicación que ayudará a reducir los estados de angustia, hiperactividad e inclusive alteraciones en los períodos de sueño.
Al recibir los padres de M. el diagnóstico definitivo, pasaron por una etapa de negación ya que no es fácil aceptar que su hijo, por las características conductuales, de socialización y de comunicación que manifiesta, se encuentra ubicado dentro del Espectro Autista. Pasado este período de negación, finalmente los padres de M. aceptaron el diagnóstico y se abocaron a investigar las mejores propuestas de atención que había para el manejo del niño.
A continuación se dan a conocer las sugerencias que se le propusieron a la maestra de M. para lograr la integración del niño a una aula regular:
a. Conocimiento de las características del síndrome por sus pares y sensibilización del grupo donde se integró a M. El conocimiento de las características conductuales, sociales y de comunicación, les permiten a los niños con el Síndrome de Asperger integrarse con mayor facilidad al aula regular, ya que sus pares los comprenden y los ayudan en muchas ocasiones a contenerse.
b. Empleo cotidiano de un cronograma de actividades: Mediante el empleo cotidiano del cronograma, el niño con el síndrome de Asperger puede anticipar situaciones y rutinas las cuales, si se llegaran a presentar intempestivamente, podrían ocasionarle ansiedad, inseguridad e impulsividad en la ejecución del trabajo, y con ello se provocaría la aparición de conductas no adecuadas. El cronograma es una guía gráfica de los acontecimientos y acciones que el niño realizará durante el transcurso del día. Con su empleo, se puede lograr en el niño con el síndrome de Asperger una mayor flexibilidad mental, ya que él tiene la posibilidad de anticipar acontecimientos
Rivière y Martos (1996), señalan que junto a los trastornos de comunicación, de establecimiento de relaciones sociales y de imaginación, los niños autistas también presentan trastornos para encontrar el sentido a sus acciones. El niño, tiene muchas dificultades para el manejo del futuro, lo que está muy relacionado con la tesis del déficit en funciones ejecutivas.
Con el manejo del cronograma, se estimulan las funciones ejecutivas en las cuales se incluye la planificación de conductas dirigidas hacia una meta concreta, la organización del tiempo, de actividades, así como la inhibición de respuestas inapropiadas y de conductas perseverativas.
En el cronograma, se le da más sentido a las acciones por realizar. El niño tiene la oportunidad de predecir y puede percatarse con más claridad de las metas finales de su trabajo y conducta.
c. Aplicación de un lenguaje claro y preciso: Los niños con el Síndrome de Asperger tienen dificultad para entender instrucciones y órdenes complejas por lo cual, es necesario simplificarlas.
d. Empleo de claves visuales: Es de gran ayuda emplear claves visuales por medio de las cuales el niño podrá reconocer avisos, objetos, actividades y acontecimientos.
e. Flexibilidad en el manejo del ritmo de trabajo, así como en otorgar y administrar el tiempo en el momento en el que el niño con el Síndrome de Asperger da respuestas y desarrolla actividades: Los niños con el Síndrome de Asperger, manejan de una forma diferente los tiempos de ejecución de las tareas. Se sienten muy inseguros y ansiosos si se les presiona. Es necesario respetar su ritmo para no angustiarlos.
f. Prestar ayuda y apoyo en los momentos en los que el niño no pueda manejar la frustración: Cuando el niño no pueda resolver alguna situación problemática, es necesario que se le preste ayuda y se le apoye para que se sienta seguro y se eviten conductas impulsivas.
g. Reforzar y reconocer logros y conductas positivas: El niño con el Síndrome de Asperger, se siente muy feliz cuando ha logrado alcanzar un objetivo y se siente muy motivado para seguir trabajando cuando se reconocen sus logros. Es recomendable reforzar sus éxitos y conductas positivas, ya sea en forma verbal diciéndole algunas palabras de aliento o proporcionándole una caricia (cuando esto le agrade).
h. Libertad en el manejo del tiempo fuera dentro de una actividad de aprendizaje: Cuando la tarea que está desarrollando el niño le causa fatiga, y con ello momentos de ansiedad y estrés, las conductas que presentan son de impulsividad al abandonar la tarea que está realizando, además de negarse a continuar con el trabajo iniciado. Podemos deducir que los factores que intervienen para abandonar la actividad se deben a una sobrecarga sensorial, lo cual origina en el niño que tienda a desequilibrarse fácilmente ante la tarea. Se sugiere en estas ocasiones, suspender la actividad que se está realizando y continuar observando las conductas que el niño realiza para poder aplicar en otro momento actividades menos estresantes.
En el aula, cuando los períodos para desarrollar una actividad son muy prolongados, el niño tiende a pararse de su lugar y pasear libremente alrededor del aula. En las ocasiones en las que esta conducta se presente, inicialmente se puede permitir, siempre y cuando no interrumpa el trabajo que en esos momentos estén realizando sus compañeros. En el caso contrario, cuando se le obliga a continuar y a estar en su lugar, la tendencia conductual será de llanto, originándose episodios de berrinche e impulsividad. Sin embargo, la libertad de acción lo tranquilizará y posteriormente se podrá reanudar nuevamente la tarea que quedó inconclusa.
En la medida en que el niño va tomando consciencia de sus actitudes y va adquiriendo mayor control de sus impulsos, se le irán marcando límites más estrictos.
En la búsqueda de estrategias para conocer mejor a los niños y niñas con el Síndrome de Asperger y poder interactuar con ellos en el aula regular, se consideraron a las estrategias lúdicas como las más adecuadas, ya que el desarrollo de la afectividad, de la socialización, de la motricidad y del conocimiento, están estrechamente relacionadas con las actividades del juego, mediante las cuales, los niños y niñas son capaces de poner en práctica todos sus sentidos, sus habilidades y sus destrezas. Por medio del juego, pueden adaptarse a la realidad, pueden manejar sus miedos, temores, frustraciones, sus impulsos y sus sentimientos, así los niños y niñas aprenden y son felices.
A través de las estrategias lúdicas el niño con el Síndrome de Asperger:
Autora: Crisanta Cruz González de Escalante
Especialista en Problemas de Aprendizaje y lenguaje.
Maestría en Psicodiagnóstico.
México 2004
Rivière, A. Y Martos, J. (1997). El tratamiento del autismo: nuevas perspectivas. Madrid,